Puede que los primeros cinco minutos sean los mejores de esta pieza. Uno se pasaría horas viendo jugar a ese niño (Orlín Morán) y escuchando su sonrisa, pero como a todos nos pasó alguna vez, la infancia se termina con el tiempo. Y eso es lo que le pasa al corto. Cuando llegamos a los últimos cinco minutos, la historia se transforma para recordar el trágico atentado del 11-M. Uno de los pasajeros (Nacho Fresneda) da marcha atrás y sale -o entra- del tren, llega a -o se va de- casa, se afeita y empaqueta una de las famosas mochilas que estallaron en los cercanías de Atocha. Un principio dulce, un final trágico.
Pero los más curioso, es que los últimos cinco minutos marcha atrás se parecen demasiado a La ruta natural [2004]. Aunque ya hablaremos otro día de esa obra y os pondremos al día de estas similitudes.
Pero los más curioso, es que los últimos cinco minutos marcha atrás se parecen demasiado a La ruta natural [2004]. Aunque ya hablaremos otro día de esa obra y os pondremos al día de estas similitudes.
- Para más y otras cuestiones interesantes sobre el corto recomendamos esta entrevista en el farodigital.es a Abdelatif Widar.
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Es curioso por que antes del corto ya se indica que el director es de Ceuta. Pero al ver a la gente del tren, tanta mezcla de orígenes, he pensado si será que en Ceuta hay tanta mezcla, o que quizá no es España, sino Latinoamérica, no sé. Luego, cuando se ve el atentado, me he acordado que fueron en Atocha, que no es precisamente un barrio pijo, y a primera hora de la mañana, cuando los trabajadores más madrugadores cogen el tren. No es que se sepa si el tren donde está el niño es el de la mañana, pero bueno, tras pensar eso me he acordado del nit bus, que por la mañana también se ve una multiculturalidad importante. Y entonces me he dado cuenta de que en realidad es una imagen bien familiar para mi, es propia de Barcelona misma. No sé porque he pensado que el tren no seria de aquí, quizá no estoy acostumbrada a verlo en película. Es curioso.
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